La investigación y experiencia adquirida en el Laboratorio de Seguridad de SPIDI, síntesis de su historia e innovación, dos de los valores fundacionales de la marca han permitido conseguir la mejor combinación entre el confort y la seguridad, y tras un largo tiempo de experimentación en pista, a través de simulaciones de software y pruebas en el entorno urbano, nació "Warrior Tech", con un cuidadoso estudio biomecánico y de ergonomía, para proteger al piloto en las zonas más sensibles en caso de caída.
El diseño de su estructura y aplicación en las protecciones permite la producción industrial de un protector con una capacidad de absorción de impactos nunca antes alcanzada, colocándose a la vanguardia en deportes técnicos y abriendo nuevos escenarios de seguridad que van mucho más allá del mundo del motor.
Esta tecnología se implantó en los protectores de espalda de la marca italiana, algo que se puede ver en el Warrior L2, el último modelo en llegar a su amplia colección con certificación EN 1621-2:2014 de nivel 2, y además de sus propiedades de protección, tiene otras características como los agujeros que permiten la circulación del aire o su flexibilidad, para plegarlas casi al completo y guardar ocupando el mínimo espacio y todo por un precio de 59,90 euros.