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Licencia Verde, ¡Forajidos!

Acosados, perseguidos, tratados como delincuentes… Así se encuentran los usuarios de la moto de campo, profesionales y aficionados, cuando salen a practicar al medio natural su afición favorita. La Ley de Montes ha querido poner puertas al campo y hacer desaparecer el «Off Road». Pero, en Cataluña se ha abierto una posible vía de solución con el anteproyecto de Licencia Verde.

Años de opresión por parte de las autoridades y los agentes de la ley que llevamos sufriendo los que cada día salimos al campo para practicar nuestro deporte preferido en cualquiera de sus modalidades, cross, enduro, trial o raids. Desde persecuciones inauditas con helicóptero pasando por redadas programadas al más puro estilo de ir a la caza del delincuente más perverso.

Y de ella no se libran ni los pilotos profesionales que ven como las autoridades se acercan a ellos para lucirse en las fotos de rigor cuando hay un éxito deportivo pero que luego no pueden entrenarse tranquilamente, como cualquier deportista, pues su deporte se considera ilegal.

Nombres como el piloto mundialista de motocross Jonathan Barragán, o el triple vencedor del Dakar, Marc Coma, han sufrido la actuación de los agentes del medio ambiente, aduciendo, en muchos casos, argumentos banales y una multa de entre 1.500 y 3.000 euros. Unas actuaciones desmesuradas contra una modalidad de la moto erróneamente mal considerada por su supuesta degradación del terreno.

Decimos supuesta pues estudios, como el llamado Informe Boada, dirigido por el doctor Martí Boada, elaborado por el Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la Universidad Autónoma de Barcelona, demuestran que el impacto de la moto de montaña sobre el medio natural es medio-bajo y ridículo si se compara con otras actividades mucho más nocivas y con mucha mejor consideración social.

 Aunque este informe también incide en la aplicación de algunas medidas para que el daño al medio natural sea aún menor: una conducción respetuosa, un buen ajuste de la moto en general y del silenciador en particular, la posibilidad de montar en moto eléctrica y el estudio de la licencia verde.

A semejanza de otros colectivos que también usa el campo como escenario de su afición, como los cazadores o los pescadores, se trataría de regular con ella la práctica, marcando espacios donde practicarlo y otros detalles. En definitiva una regulación que evite la prohibición como simple actuación inicial por aquello de "muerto el perro, se acabó la rabia" que es como las administraciones actúan ahora mismo. Esas mismas administraciones que cobran los impuestos derivados de la matriculación de las motos de campo, de sus seguros, de las reparaciones en los talleres, de la gasolina que se consume…

En Cataluña, gran centro de actividad industrial de la moto de montaña, así como de práctica, deportiva y lúdica, se han dado cuenta de que con la opresión se está perdiendo riqueza, pues se deja de mover una importante actividad económica. Y aunque sólo sea la vil vía «monetaria» la que estimula a regular la actividad, bienvenida sea esa consideración.

Por ello, la Generalitat ha hecho público un anteproyecto de ley bajo el título  «simplificación, agilidad y reestructuración administrativa y de promoción de la actividad económica». Una posible salida regulada para salir a montar en moto en los caminos considerados como aptos para ello.

Así pone en un párrafo: «Se permite la circulación motorizada por las pistas y los caminos delimitados en redes o itinerarios establecidos por el Departamento competente en materia de medio natural. La delimitación de estas vías, que podrán tener anchura inferior a cuatro metros y varios tipos de firme, se efectuará mediante órdenes del consejero competente en materia de medio ambiente, en las que se establecerán las condiciones específicas de circulación y las características de las vías».

Y también se contempla el complicado aspecto de las competiciones, dejando claro que se pueden realizar carreras, aunque con limitaciones: «Se prohíbe realizar competiciones deportivas dentro de los espacios naturales especialmente protegidos, en las reservas nacionales de caza y las reservas naturales de fauna salvaje, salvo en el caso de tramos de enlace no cronometrados, que podrán pasar por vías aptas para la circulación motorizada previo informe del órgano gestor del espacio con las autorizaciones correspondientes».

Una fórmula esperada para definir y delimitar las diferentes actividades que se pueden hacer en el medio natural, siempre con la consideración de que los usuarios, por regla general, son gente respetuosa.«No somos delincuentes, somos deportistas» ha sido el slogan de una de las últimas manifestaciones, en este caso realizada en Madrid, pidiendo un trato respetuoso hacia un colectivo tratado de forma injusta, haciéndolo responsable como el que más perjudica a la naturaleza.

«Sí a la regulación, no a la prohibición. Moto y campo son compatibles» ha sido otro de los clamores populares, dejando claro que la interacción motor-naturaleza no sólo no se debe prohibir, sino que hay que fomentarla para generar riqueza, desarrollar actividad deportiva y estimular un medio como el rural, en muchos casos en peligro de abandono debido a que la agricultura y la ganadería están en retroceso, y la actividad del turismo rural no motorizado no llega a sostener las infraestructuras y las zonas rurales.

Ojalá esta iniciativa de Cataluña llegue a ser real, no un mero borrador o un pliego de intenciones y que detrás, vengan las de otras muchas comunidades en las que la moto de campo tiene tanta importancia. Y si ha de ser pagando con una Licencia Verde, así será, pero eludiendo esa situación actual de prohibir tajantemente sin dejar abierta ninguna otra opción.

¡No le pongamos puertas al campo!, aunque lo delimitemos.
 

 

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