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Pilotos Moto gp entrenan Motocross

Motocross en las venas

No sólo del asfalto vive el piloto de velocidad. El campo también juega una parte importante en la preparación, sobre todo en la pretemporada, y son muchos los que practican motocross como actividad de entrenamiento que mantiene abierta mente y fortalece el físico. Campeones del Mundo de Moto GP como Valentino Rossi y Jorge Lorenzo son adictos del cross.

Yago Basante

Probablemente alguno estará aún mirando las fotos con absoluta confusión y sorpresa. Algo extraño hay que no cuadra y, otra vez, la vuelves a mirar. Pues sí, son quienes son haciendo lo que ves. Pilotos «pro» de velocidad metidos en el barro y el polvo de la moto de campo practicando motocross, trial o enduro. Los profanos pueden no entenderlo pues, a priori, poco tiene que ver una cosa con la otra, la tierra con el asfalto.

Pero nada más lejos de la realidad, pues el vínculo de la velocidad con todas las especialidades «off road» es absoluto, sobre todo porque el campo aporta un gran complemento en la preparación técnica y física para el piloto de velocidad.

Así resulta sencillo entender los motivos por los que estrellas de Moto GP como Valentino Rossi, Jorge Lorenzo o Andrea Doviziozo, de Moto2 –Marc Márquez, Julián Simón..- o de Superbikes -Marco Melandri, Carlos Checa, Joan Lascorz…- hacen motocross.

En el largo invierno, cuando los equipos trabajan en sus cuarteles generales preparando la siguiente temporada, no hay opción para rodar con sus motos habituales. Hay que mantenerse en activo, cuidando la forma y sin perder el «feeling» y eso, de forma «fácil», se consigue con el cross. Dominar la moto, controlar el derrapaje, interpretar los movimientos de la moto, mantener el gas abierto aunque el tren trasero rebote, despegar, volar y aterrizar…

Muchas sensaciones que aportan una sensibilidad especial que luego ayuda al perfeccionamiento de la conducción cuando hay que domar motores como los de Moto GP de 1.000 cc con potencias de casi 230 CV y pasos por curva de más de 200 km//h.

Haciendo motocross pasan muchas cosas en milisegundos, hay una constante transferencia de información al piloto que le llega a través de las piernas, las manos, el culo, las rodillas… Asimilar esos datos, procesarlos y entenderlos es un reto que implica una destacada rapidez cerebral.

Sumemos, además, lo cambiante del terreno natural, tierra de fácil degradación según se va rodando más tiempo en el circuito, lo que exige una reinterpretación constante de por dónde se rueda, cuáles son las trazadas buenas, dónde están los baches complicados, las roderas más deterioradas… Otro componente para aumentar la agilidad visual y mental.

Explosión física
El motocross es muy explosivo, exige mucha entrega física y mental para su práctica, no deja ni un músculo relajado y agota físicamente, y exige consumir mucha adrenalina. Veinte minutos de cross son tan exigentes como horas de máquina en el gimnasio. Por ello es una óptima puesta a punto para la resistencia del piloto que compagina los esfuerzos aeróbicos y anaeróbicos en una sola jornada, machando brazos, piernas, torax, cuello, manos…

Los impactos contra el suelo, los golpes bruscos de la dirección, los rebotes del tren trasero… todo tipo de movimientos que acaban repercutiendo en el cuerpo haciendo trabajar partes del mismo que de ninguna otra forma se pueden conseguir, ni con máquinas ni con otros métodos.

Con otro valor añadido extra como es el poderlo practicar entre amigos, de forma divertida. Así lo hace Rossi que entrena con el Campeón del Mundo de MX1  italiano Antonio Carioli –este invierno le ha prestado al piloto de Ducati sus KTM- o Jorge Lorenzo al que se le ve con frecuencia junto a un Campeón de España como Javier García Vico.

Y, entonces, si el motocross es tan maravilloso, ¿por qué no lo hacen todos? Algunos porque nos le gusta y otros por evitar el posible riesgo a caídas y lesiones –el mismo Dovizioso se rompía la clavícula haciendo cross el pasado invierno-.

Otros optan por el trial, como Loris Capirossi o el piloto del Mundial de Superbikes oficial Aprilia, Eugene Laverty, modalidad que aporta más tacto de equilibrio y precisión en los movimientos, sin resultar tan exigente con el cuerpo y, con mucho menos riesgo de lesiones que el mx. Incluso pilotos retirados, Campeones del Mundo de 500 cc, como Alex Crivillé y Kevin Schwantz, son unos apasionados del trial y lo practican con frecuencia.

También los hay, como el Campeón del Mundo de Superbikes, Carlos Checa, que disfrutan con el enduro, haciéndolo con su hermano David –piloto del Mundial de Resistencia- junto a amigos, como los Campeones del Dakar, Marc Coma o Nani Roma. Incluso Carlos se atreve a competir en carreras de enduro populares invernales, como la Enduroc, que se celebra en las proximidades de Manresa, Barcelona.

Y un último detalle. El motocross, el trial o el enduro representan la escuela ideal para la iniciación a la moto y, en algunos casos, el camino previo para la velocidad. Como muestra, el ejemplo del Campeón del Mundo de 125 cc, Julián Simón, que comenzó compitiendo en cross, siendo Campeón de España Cadete 65 cc en 1997. También Jorge Lorenzo hizo motocross cuando era un niño antes del salto a la velocidad.

La moto de campo. Un mundo de sensaciones, una gran escuela de formación y una fórmula ideal de puesta a punto para la velocidad.

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